El Tratado sobre Comercio de Armas en el buen camino
El pasado 7 de noviembre, se votó, en la Primera Comisión sobre Desarme de la Asamblea General de Naciones Unidas, un acuerdo para concluir las negociaciones destinadas a poner en marcha un Tratado Internacional sobre Comercio de Armas (TCA, ATT en inglés). Una votación que tuvo unos resultados sin precentes: 157 votos a favor, 18 abstenciones y ningún voto en contra. Entre los seis países líderes en la exportación de armas (China, Francia, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos) sólo Rusia se abstuvo en la votación.
El objetivo del TCA es establecer unas normas internacionales comunes para la importación, exportación y transferencia de armas convencionales, y que impida las transferencias de armas cuando exista la posibilidad de que contribuyan a la comisión de violaciones contra los derechos humanos.
Tras 17 años de una campaña activa y constante por parte de varias ONG, parece que el camino se allana y se puede llegar a una meta provisional, en esta carrera de obstáculos tan difícil que supone poner medios de control a la tan poderosa industria armamentística y a las políticas favorables a justificar los "gastos en defensa" (4 mil millones de dólares anuales) frente a la reducción de las inversiones en sectores como la cultura y la sanidad. Cada año se fabrica una media de 2 balas por cada habitante del planeta, que casi nadie sabe dónde acabarán ni qué vida truncarán, siendo la población civil la principal afectada en los conflictos armados.
Tras la desilusión posterior al fracaso de las negociaciones el pasado mes de julio, ahora se abre la puerta a la esperanza de alcanzar un acuerdo mundial sólido, a pesar de las deficiencias en el texto del TCA, por ejemplo la falta de mención de las municiones en el ámbito de aplicación del tratado. De modo que el reforzamiento del texto definitivo es una prioridad ante la votación final que tendrá lugar en la Asamblea General de la ONU, del 18 al 28 de marzo de 2013.
* Fotografía / Andrew Kelly
1 comentario
Jaime -
¡Cuánto tiempo!, ¡Cuánto esfuerzo constante!. Todo lo bueno debería conseguirse con más fluidez, si la ambición y el despropósito no estuviesen tan enraizados.
De cualquier forma me alegra el avance, por supuesto. Espero sea sólido.