Blogia
Olvidad@s

Paraguay: se venden maletas

Paraguay es un país con una extensión semejante a la de España, 406.752 km², y con una población aproximada de 6,5 millones de personas, de las cuales más de la cuarta parte tiene menos de 30 años. Estadísticas que pueden resultar frías e insípidas, pero que ofrecen unos escalofriantes datos si tenemos en cuenta que el 70% de los jóvenes paraguayos ha emigrado a Argentina o España; unas maletas vacías de esperanza. Más datos: la inseguridad alimentaria afecta aproximadamente a un millón de personas, el 21% de la población vive bajo el umbral de la pobreza, el 54% no tiene acceso al agua potable.
Desde hace muchos años, los países de Centroamérica y del sur del continente americano saltan –menos de lo que debieran– a los titulares de los medios de comunicación a causa de la violencia organizada, del narcotráfico, de los desastres naturales, o de las crisis económicas graves. Sin embargo, quizá a causa de su poca intervención en la política exterior latinoamericana o de su escaso interés estratégico, Paraguay está prácticamente desaparecido de los intereses informativos; incluso disponer de información pública actualizada a través de Internet sobre la situación político-social de este país no es una actividad altamente productiva.
Paraguay posee una gran riqueza cultural y natural. Su clima es agradable, sin temperaturas extremas, y su geografía es suave, con bellas llanuras. Puede considerarse el único país de América Latina que es bilingüe, ya que, junto al castellano, la lengua guaraní es de uso común.
Su sistema político es la república presidencialista, una democracia de escaparate, cuando la realidad es que un único partido político, el Partido Colorado, controla todos los ámbitos del poder desde hace 60 años.
La situación económica del país tampoco goza de un carácter igualitario ni democrático. En un país eminentemente agrícola –más del 50% de la población es rural–, donde el poder del 90% de la tierra está en manos de grandes terratenientes (menos del 1% de la población), y con escasez de tierra fértil, la caída de los precios agrícolas, especialmente del algodón, ha provocado el éxodo de muchos campesinos a los arrabales de la capital y al extranjero.
La caída de los precios del algodón obligó a sustitutir parte del terreno dedicado a este cultivo por el de la soja. La explosión desorbitada del cultivo de soja ha provocado efectos ambientales adversos por la tala indiscriminada de bosques y pluvisilvas, y por el uso de pesticidas. Además la multinacional Monsanto se ha hecho con la exclusiva del proveimiento de semillas –de soja transgénica–. Con esta situación Paraguay ha perdido la soberanía alimentaria: depende de las exportaciones de un solo producto, y el monocultivo de soja ha desplazado la diversidad de cultivos de subsistencia del campesinado.
Seis millones y medio de personas, y más de un millón de maletas bien merecen un titular justo; al menos uno.


0 comentarios