Malaria: avances y necesidades
El 25 de abril es el Día Mundial de la Malaria, lo que se considera no una celebración sino una llamada de atención sobre la necesidad de alcanzar un esfuerzo global de los países y los organismos internacionales para conseguir un control efectivo de la malaria en todo el mundo.
La malaria, es una enfermedad parasitaria, transmitida por la picadura del mosquito anófeles infectado. En los seres humanos, los parásitos migran hacia el hígado, donde maduran y penetran en la sangre, infectando los glóbulos rojos. Los primeros síntomas de la enfermedad se presentan generalmente de 10 días a 4 semanas después de la infección, aunque pueden aparecer hasta 1 año después de ésta. La malaria es endémica en la mayoría de países de clima tropical, afectando especialmente en la época de lluvias. El 85% de las muertes globales producidas por la malaria -aproximadamente 1 millón al año- corresponde a niños menores de 5 años. África es el continente que más sufre esta enfermedad, culpable de la muerte del 20% de los niños y niñas africanos.
La malaria es prevenible y curable, pero sin una financiación anual estable, será difícil seguir avanzando en los progresos conseguidos en los últimos años. Organizaciones como Médicos sin Fronteras, UNICEF, Rock Back Malaria y Malaria Foundation International trabajan en temas de prevención, diagnosis rápida y tratamientos de terapias combinadas. A este avance también contribuye el hecho de que la mayoría de los Estados africanos están adoptando estrategias de tratamiento más efectivas.
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