Asesinato de un río
La situación de los humedales en España es ciertamente crítica, hasta tal punto que la mitad de ellos se encuentran gravemente alterados. En las últimas décadas han desaparecido el 60% de las zonas húmedas del Estado, debido a las desecaciones y ocupaciones de parcelas por actividades agrícolas, la extracción de aguas fluviales y subterráneas, los vertidos de aguas contaminadas, y la construcción de infraestructuras de transporte y urbanizaciones en sus márgenes.
Las Tablas de Daimiel, paraje declarado Parque Nacional en 1973 y Reserva de la Biosfera en 1981, se queman. La sequía y la actividad agrícola de regadío han ejercido una presión tan extrema sobre la zona que han secado los cauces del Guadiana y el Cigüela. Desde 2005, las Tablas de Daimiel son prácticamente un desierto; sólo se conserva inundadas de forma artificial cinco de las 1.500 hectáreas que deberían estarlo de manera natural. Actualmente la situación ha empeorado porque las Tablas de Daimiel se queman por dentro. José Manuel Hernández, miembro del Patronato de las Tablas y perteneciente a Ecologistas en Acción, describe el proceso: “Al secarse, empezaron a aparecer grietas en el terreno. Por ahí se coló el aire y oxigenó la turba, combustible fósil a base de materia vegetal acumulada en los acuíferos ahora vacíos. Y con el oxígeno, la turba comenzó a oxidarse y a calentarse, y ha llegado a arder, lentamente, como en un brasero, de forma subterránea. Pero es el mismo proceso que conocemos en los alrededores desde hace muchos años. Los ríos que alimentaban las Tablas llevan tiempo quemándose por dentro, aunque fuera de los límites del parque”. Lo más grave de la explotación ilegal de los acuíferos que alimentan a las Tablas se debe a que no hay medidas serias para la sanción y cierre de pozos ilegales, a causa de la presión política ejercida sobre la Confederación Hidrográfica del Guadiana por parte de los colectivos más radicales de regantes y por Castilla-La Mancha, que paraliza los procedimientos administrativos. Desde 1997, varios informes de la UNESCO y del Comité MAB español han señalado la gestión equivocada de esta Reserva de la Biosfera, denunciando que es una Reserva que de hecho no existe, y han exigido en multitud de ocasiones un plan de gestión del espacio que implique unos usos sostenibles del agua. El ultimatum de la UNESCO es claro: en 2011 debe estar preparada la lista de medidas a tomar y en 2015 la regeneración tendrá que estar dando resultados visibles. De lo contrario, las 25.000 hectáreas de la denominada Reserva de la Biosfera de La Mancha Húmeda (formada por las Tablas de Daimiel –con 2.000 hectáreas-, los Ojos del Guadiana, el nacimiento de este río y las Lagunas de Ruidera) quedarían descatalogada como tal.
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