Cosas olvidadas

Nos levantamos cada mañana, desperezándonos de nuestros sueños, muchos sin cumplir, tratando de entrar en el mundo de nuestras obligaciones diarias, de nuestras rutinas. Nos tomamos el desayuno, a veces relajados como los fines de semana sin prisas y más tarde, en otras ocasiones apurados porque perderemos el autobús o el metro si saboreamos siquiera el desayuno, así que más bien lo engullimos para asentar el estómago; llegamos a la oficina felices de tener un lugar donde se nos valore -vale, a veces pensamos que nuestros jefes no lo hacen lo suficiente-, pero esperando que el día pase tranquilo hasta la hora de regresar a casa. Os habeis dado cuenta de todas las cosas en las que no hemos reparado en este día. Si nos paramos a reflexionar descubriremos muchas de ellas, como agazapadas tras los muebles o escondidas debajo del sofá: un café comprado a precios injustos para sus productores, una ducha que consume más agua de la necesaria, las emisiones de dióxido de carbono que hemos dejado de expulsar a la atmósfera al optar por el transporte urbano. Tantas cosas... Pero el móvil y la cena nos esperan; mañana otro día de rutina, esperemos que sin olvidos importantes.

Bienvenid@s a este pequeño rincón.