Bibliotecas de museos, grandes desconocidas
Muchos museos cuentan con fondos bibliográficos especializados que están a disposición de los visitantes. Evidentemente dichos fondos no están ubicados en la misma zona que las exposiciones, y muchas veces pasan desapercibidos para la mayoría de los visitantes del museo; seguramente porque en los folletos informativos del museo concreto no se informa de la existencia de una biblioteca. De modo que, en general, los usuarios de las bibliotecas especializadas de museos son investigadores en el ámbito concreto del museo (pintura, escultura, arquitectura, cine, historia, etc.). Y quizá el interés que los fondos bibliográficos especializados pueden suponer para un visitante “tipo” de los museos, queda relegado a un segundo plano, con la consecuente disminución de la consulta y el uso de dichos fondos. Sin embargo, suelen tener alto valor informativo a los interesados en el fondo del museo concreto, y ofrecen información complementaria a los interesados en los fondos museográficos en general o a una exposición en concreto. Puesto que, en general, son fondos documentales con un alto precio, la importancia de difundir su existencia para amortizar su uso es aún mayor.
Normalmente los fondos de las bibliotecas de museos están integrados por: fondos adquiridos que tienen relación directa con los fondos museográficos (documentos sobre los artistas y sus obras, publicaciones sobre movimientos artísticos o momentos históricos), publicaciones que el museo ha generado a partir de sus propias exposiciones, publicaciones que los investigadores de la propia biblioteca de museo donan tras terminar sus proyectos de investigación, fondos sobre museología (catálogos de exposiciones, libros de teoría crítica y estética). De este modo los fondos bibliográficos de las bibliotecas de museos se ubican en un espacio que complementa el discurso museístico y las exposiciones permanentes y la programación expositiva de los museos.
Se trata, sin embargo, de bibliotecas cuyos fondos son en muchos casos de consulta restringida, debido a su antigüedad, su exclusividad, su estado físico deteriorado, condiciones especiales de conservación, etc. Pero, por otro lado, parte importante de sus fondos pueden ser de consulta general, por lo que la restricción de su uso a investigadores y especialistas no redunda en el conocimiento de la institución museográfica y limita los visitantes potenciales de la misma.
Un ejemplo de biblioteca de museo que recientemente ha decidido abrir al público en general, es la Biblioteca de la Casa de Moneda de México, que junto además de su planta específica para investigadores, va a abrir un espacio para el público en general, donde muchas obras de sus fondos sobre numismática podrán ser consultadas.
También hay bibliotecas que pueden considerarse museos, como la Biblioteca Medicea Laurenziana(Florencia), un museo del saber escrito, una biblioteca pública estatal de Italia especializada en la conservación, valorización y tutela del fondo nacional de manuscritos, libros raros e impresos. Tiene su origen en el patrocinio de los Médici. Inaugurada en 1571, su edificio fue diseñado y parcialmente construido por Miguel Ángel Buonarroti, y su arquitectura de estilo renacentista no deja a nadie indiferente. Cuenta en la actualidad con un fondo extraodinario, único en el mundo: 11.000 manuscritos, unos 2.500 papiros (en griego y latín), 43 ostrakas, más de 500 incunables, 1.681 impresos del siglo XVI, 592 publicaciones periódicas especializadas y más de 126.00 ediciones impresas entre los siglos XVII y XX.
En España, la Red de Bibliotecas de Museos (BIMUS) –del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte- integra 19 centros: las dieciséis bibliotecas pertenecientes a los museos de titularidad estatal y de gestión directa; la biblioteca del Museo Nacional del Teatro, dependiente del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM); la biblioteca del Museo Nacional del Prado, y la biblioteca del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Los días 26 y 27 de noviembre, BIMUS, en colaboración con el Museo Lázaro Galdiano y la Asociación del Museo Amigos del Traje, organiza las 3as Jornadas sobre Bibliotecas de Museos. Las personas interesadas en presentar una ponencia, deberán enviar un resumen de la comunicación antes del 30 de junio de 2015 a bibliotecas.museos@mecd.es.
Así que, nuestra recomendación, ahora que llegan el calor y el verano, aumentan los viajes turísticos y las ganas de conocer nuevos lugares y descubrir interesantes rincones, es que visitéis los museos, pero también sus bibliotecas; seguro que os sorprenderán, o eso espero.
* Original publicado en el blog de Inqnable.
** Fotografía: vestíbulo de la Biblioteca Laurenziana
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