El deshielo del Ártico y el clima
" Sus paisajes remiten al vacío y a la muerte, pero el Ártico es todo lo contrario: rezuma vida. Y sobre todo en el breve verano, bajo un sol que no se retira nunca durante las veinticuatro horas del día. Entonces aparecen en sus cielos las bandadas de aves migratorias, asoman ballenas en la superficie del agua y las focas inundan sus islas. Florecen en esas semanas miles de especies de plantas, allí en donde la nieve se funde, sobre todo líquenes, de los que hay más de dos mil variedades, y musgos y muchas otras especies vegetales. Las tierras de pueblan de manadas de caribúes y bueyes almizcleros y los grandes osos blancos abandonan sus cuarteles de invierno para dedicarse a la caza de focas y morsas. La vida estalla en ese corto espacio estival, e incluso los cielos se pueblan en ocasiones con nubes de mosquitos. Bajo el hielo, el plancton se reproduce en abundancia e inicia la cadena de vida de aquellas lejanas regiones: los peces se alimentan de plancton y, a su vez, las focas se alimentan de peces y, por su parte, los osos se alimentan de focas.
Pero ese universo vivo y en apariencia hostil al hombre ha comenzado a sufrir profundas transformaciones debidas al cambio climático, provocado principalmente por las emisiones de CO2 derivadas de la actividad industrial. Esas emisiones producen, entre otros efectos, un aumento de la acidez de las aguas marinas que daña a los microorganismos. Daña en suma al plancton, con las naturales consecuencias que ello tiene para la cadena alimentaria de la fauna marina.
El hielo es otra de las víctimas del calentamiento global. Sus capas, cada año que pasa, con más delgadas y se cree que, quizá en menos de medio siglo, la gruesa superficie de mar helado que conocemos como Polo Norte puede desaparecer."
REVERTE, Javier. En mares salvajes: un viaje al Ártico.
El desembarco de Javier Reverte en el Ártico siguiendo el periplo de las exploraciones a estas latitudes, realizadas en pasados siglos por grandes exploradores a la búsqueda del Paso del Noroeste, le llevan a vivir una aventura emocionante en la que retrata la realidad que está sufriendo esta región debido al cambio climático y a los intereses económicos que despierta.
Se calcula que en el Ártico se encuentra la cuarta parte de las reservas mundiales de gas y petróleo, y también se ha constatado la existencia de yacimientos de diamantes; por lo que los intereses de los ocho países (Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia y Suecia) que gobiernan en este territorio planean sobre el mismo, reforzando su presencia militar en la región.
Actualmente el Polo Norte es territorio internacional administrado por Naciones Unidas, bajo la Convención de Derecho Marítimo (UNCLOS) que indica que los países pueden reclamar la extensión de su frontera marina hasta 350 millas náuticas siempre que puedan demostrar que el fondo marino adyacente es una extensión de su plataforma continental. Los Estados tienen hasta 2014 para presentar sus propuestas en el Ártico -excepto Estados Unidos, que no ratificó la Convención-, con lo que la carrera por la explotación de los recursos árticos es inminente.
La paradoja del Ártico es que precisamente el deshielo provocado por el cambio climático debido a las emisiones de CO2 permitirá la extracción de millones de toneladas de combustibles fósiles que podrían provocar 27.000 millones de toneladas de CO2.
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