Pakistán demanda ayuda internacional
Occidente está de vacaciones y la imagen que tiene de Pakistán no genera simpatías; más aún, este país poseedor de armamento nuclear está asediado por las milicias talibanes y liderado por un gobierno presumiblemente corrupto. Tampoco el hecho de ser un país de religión musulmana ayuda a Pakistán a obtener aliados políticos en Occidente. Estas parecen ser algunas de las claves que ayudan a entender el porqué de la lentitud en la puesta en marcha de la ayuda internacional gubernamental para paliar el desastre producido por las recientes inundaciones que han asolado la parte noroeste del país. Un total de 20 millones de paquistaníes afectados, 6 millones de ellos sin hogar, y aproximadamente 2000 muertos, dibujan un panorama desolador que las aguas parecen querer ocultar.
La situación humanitaria en Pakistán anterior a las inundaciones ya era crítica. Con una población de 164 millones de habitantes (datos de 2007), con la mitad de la población viviendo bajo el umbral de la pobreza, y un índice de analfabetismo del 50%, la corrupción y la guerra entre el ejército y la guerrilla talibán han provocado millones de desplazados internos y un aumento en el nivel de pobreza. A todo esto se añade la dificultosa orografía del país, con zonas de difícil acceso -todavía más a causa de las inundaciones- a las que hay que llegar en burro o andando. Por otra parte, se ha destacar que la zona norte del país fue afectada en octubre de 2005 por un terremoto que causó aproximadamente 74000 muertos y dejó a más de 3 millones sin hogar.
La visita a Pakistán, la semana pasada, del Secretario General de Naciones Unidas parece haber removido las conciencias de los gobernantes, que ya han anunciado ayudas económicas millonarias: el Banco Mundial ha comprometido 900 millones de dólares, Estados Unidos ha prometido 60 millones de dólares, mientras España aportará un total de 3,6 millones de euros.
También varias organizaciones no gubernamentales se han volcado en la emergencia humanitaria a los paquistaníes afectados. Algunas de ellas son organizaciones que ya trabajaban anteriormente sobre el terreno, como la Felix Baltistan Fundazioa, y otras son ONG paquistaníes que trabajan en la construcción de un futuro para su país, como Sungi.
Fotografía: copyright Reuters/Akhtar Soomro
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