Mapa de Peters: un mundo más real
La proyección de la superficie de la Tierra denominada mapa Mercator, elaborado por el cartógrafo alemán Gerhard Kremer en 1569, otorga una importancia desmesurada a la vieja Europa. El tamaño relativo de las zonas terrestres occidentales está sobrevalorado; refleja la mirada del mundo colonial del siglo XVI.
Arno Peters elabora en 1974 una proyección de la superficie terrestre en la que muestra el tamaño real de los países en desarrollo en comparación con los países desarrollados –hemisferio norte: 18,9 millones de millas cuadradas, hemisferio sur: 38,6 millones de millas cuadradas–. Desde su aparición –en 1983 se edita la primera edición en inglés–, el mapa Peters ha estado rodeado de controversias. Peters considera su mapa como una alternativa a la del mapa Mercator; siendo hoy en día uno de los más usados junto a éste y al mapa elaborado por Arthur Robinson –adoptado como Proyección Nacional por Estados Unidos–. Muchos cartógrafos lo han criticado tachándolo de manipulador, engañoso, perverso y exagerado. Mientras, sus defensores argumentan que es el único mapa que resulta útil a quienes están interesados en las cuestiones y problemas sociales que afectan al mundo.
Es un hecho que la representación del planeta Tierra en una superficie plana plantea ciertas dificultades, que se han intentado solventar mediante fórmulas matemáticas. Pero por qué seguir utilizando un mapa tan injusto como el Mercator, que presenta unas distorsiones insalvables para representar la superficie terrestre:
- Europa (9,7 millones km²) aparece representada como más extensa que América del Sur (17,8 millones km²).
- La antigua URSS (22,4 millones km²) aparece representada como más extensa que África (30 millones km²).
- Escandinavia (1,1 millones km²) es presentada como mayor que la India (3,3 millones km²).
- Groenlandia (2,1 millones km²) aparece como mayor que China (9,5 millones km²).
Y si comparamos en el mapa Mercator la representación de los países europeos con los africanos, la distorsión eurocéntrica es evidente.
La proyección de Peters representa una nueva concepción geográfica mucho más acorde con la realidad, y ha ido obteniendo un reconocimiento creciente desde su publicación; sobre todo entre las personas e instituciones comprometidas con la cooperación al desarrollo.
Arno Peters elabora en 1974 una proyección de la superficie terrestre en la que muestra el tamaño real de los países en desarrollo en comparación con los países desarrollados –hemisferio norte: 18,9 millones de millas cuadradas, hemisferio sur: 38,6 millones de millas cuadradas–. Desde su aparición –en 1983 se edita la primera edición en inglés–, el mapa Peters ha estado rodeado de controversias. Peters considera su mapa como una alternativa a la del mapa Mercator; siendo hoy en día uno de los más usados junto a éste y al mapa elaborado por Arthur Robinson –adoptado como Proyección Nacional por Estados Unidos–. Muchos cartógrafos lo han criticado tachándolo de manipulador, engañoso, perverso y exagerado. Mientras, sus defensores argumentan que es el único mapa que resulta útil a quienes están interesados en las cuestiones y problemas sociales que afectan al mundo.
Es un hecho que la representación del planeta Tierra en una superficie plana plantea ciertas dificultades, que se han intentado solventar mediante fórmulas matemáticas. Pero por qué seguir utilizando un mapa tan injusto como el Mercator, que presenta unas distorsiones insalvables para representar la superficie terrestre:
- Europa (9,7 millones km²) aparece representada como más extensa que América del Sur (17,8 millones km²).
- La antigua URSS (22,4 millones km²) aparece representada como más extensa que África (30 millones km²).
- Escandinavia (1,1 millones km²) es presentada como mayor que la India (3,3 millones km²).
- Groenlandia (2,1 millones km²) aparece como mayor que China (9,5 millones km²).
Y si comparamos en el mapa Mercator la representación de los países europeos con los africanos, la distorsión eurocéntrica es evidente.
La proyección de Peters representa una nueva concepción geográfica mucho más acorde con la realidad, y ha ido obteniendo un reconocimiento creciente desde su publicación; sobre todo entre las personas e instituciones comprometidas con la cooperación al desarrollo.
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