Tocar los libros, de Jesús Marchamalo: reseña
“Compartir lecturas hermana como hermanan los gustos culinarios, ser del Numancia o veranear en el mismo lugar de la costa.”
Hay libros que son para leer y conservar, los hay que son merecedores de exposiciones, también están los que gusta leer y releer, los que son de mesilla de noche, los compañeros de viaje en tren y metro, los que son recuerdos de infancia o de juventud, los que te hacen descubrir otros lugares y otras culturas –antiguas o contemporáneas-, también los que se compran por recomendaciones de otros y no se terminan de leer, los que se compran de segunda –o tercera- mano, los que se cogen prestados en bibliotecas, los libros libres de “bookcrossing”, o los que prestan los amigos,… libros y libros al fin. Todos ellos –excepto los prestados, esperamos- acaban formando parte de la biblioteca personal de cada uno; muchas veces sin orden, o en un orden descuidado y anárquico, quizá ordenados de forma pulcra y exhaustiva; todos compañeros de estanterías o invadiendo otros rincones, como sillas, mesas, aparadores, e incluso el suelo.
“Si, como decíamos, los libros hablan del carácter, los intereses y la personalidad de sus propietarios, también la forma de ordenarlos aporta datos significativos.”
Jesús Marchamalo (Madrid, 1960) nos habla en su libro “Tocar los libros” de las bibliotecas personales, de cómo se conforman y reúnen los fondos, de cómo incluso se plantean algunos propietarios el (difícil) modo de deshacerse de algunos ejemplares, normalmente porque amenazan vertiginosamente por hacerse okupas de despachos y hasta del hogar por completo.
“Hay libros indispensables que nos obligan a poseerlos, a conservarlos para hojearlos de vez en cuando, tocarlos, apretarlos bajo el brazo. Libros de los que es imposible desprenderse, porque contienen fragmentos del mapa del tesoro.”
En este libro, Marchamalo pone breves ejemplos de escritores y sus bibliotecas y de su relación con ellas. También cuenta anécdotas propias de su relación con los libros: de su gusto por comprar libros de viejo; de su consideración de biblioteca personal como la que incluye todo lo que uno lee, no sólo los libros que conserva.
Trasciende, con la lectura de esta obra, el amor de Marchamalo por los libros como objeto casi de culto, por lo que guardan en lo que cuentan, pero más por lo que sentimos cuando los leemos.
Marchamalo, Jesús. Tocar los libros. 3ª ed. Madrid : Fórcola, 2011. 78 p. ISBN 9788493632199
* Original publicado en el blog de Inqnable.
** Fotografía: biblioteca de A Casa Jose Saramago
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