Suu Kyi, 23 años después sigue defendiendo las libertades en Birmania
Aung San Suu Kyi, ha recogido el Premio Sajarov en el Parlamento Europeo, que le fue concedido en 1990 y que no ha podido recoger hasta ahora. Al ganar su partido las elecciones en 1990, y la instauración de la cúpula militar birmana de un régimen dictatorial aún más férreo del mantenido desde 1962, Suu Kyi pasó desde entonces y hasta 2010 la mayoría del tiempo en arresto domiciliario. Recordemos que la labor de Suu Kyi en defensa de las libertades, la democracia y la no violencia le mereció ser galardonada con el Premio Nobel de la Paz 1991, que tampoco pudo recoger hasta bastante años después, en 2012.
En 2011 el poder fue cedido a un gobierno civil afin a los militares. Pero a pesar de las aperturas políticas, en Birmania se necesitan medidas democráticas que faciliten la recuperación económica del país y un alivio en su situación actual de emergencia humanitaria. Mientras las minorias étnicas -que representan un 30% de su población, en un país de 60 millones de habitantes- siguen estando amenazadas, se producen enfrentamientos violentos entre las comunidades budista y musulmana, y los campamentos de refugiados siguen acogiendo a cientos de miles de birmanos, las actuaciones del actual gobierno birmano en estos ámbitos son casi nulas, perpetuando con su inacción la pobreza y la desesperanza en el pueblo birmano.
Por eso, Suu Kyi ha pedido a la Unión Europea y al resto de la comunidad internacional que presionen para conseguir avances democráticos en su país. Mientras la actual constitución otorga importantes poderes al ejército, y dispone medidas restrictivas a la participación de la oposición, peligra la libre participación en las elecciones de 2015 e imposibilita el avance del proceso de reconciliación nacional puesto en marcha.
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