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Niños mineros en Potosí

Niños mineros en Potosí

Abigail cambia sus zapatos de niña por unas botas sucias de barro, se pone el casco de minero, y se introduce en el oscuro túnel de la mina, empujando un pesado carro para cargar el mineral. Un día duro de trabajo de hombres le espera, como cada día durante unas 14 horas, por unos 3 euros de paga. Así es la vida de Abigail Canaviri, y también la de aproximadamente 800 niños y adolescentes en las minas del Cerro Rico de Potosí (Bolivia). Bajo esta montaña perforada por múltiples túneles, herida por inumerables perforaciones, se arranca mineral (estaño, zinc y plata) en un proceso manual y peligroso, en el que las mínimas medidas de seguridad son inexistentes, y donde los derrumbes arrancan vidas sin piedad.

“Se habla mucho de los derechos de los niños. Pero en Potosí esos derechos no existen. Nos maltratan. Y queremos que las autoridades nos expliquen por qué nadie protege nuestros derechos, por qué no vienen a visitar nuestras casas en la bocamina. Nosotros tenemos miedo. Pero ellos están muy ocupados.” Exclama Abigail de forma contundente, aún con su voz de niña.

Según estudios de CEPROMIN, se estima que al menos 13000 niños y niñas bolivianos trabajan como mineros -3800 según las estadísticas oficiales-, arrancando rocas, acarreando y moliendo el mineral, respirando gases venenosos en los túneles, con el miedo de morir, aún mayor el terror al hambre, esclavos de la pobreza, víctimas del olvido.

Actualización: 21-5-2010, 0:3 horas

1 comentario

pablo escobar -

fds ptq pariu