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Olvidad@s

Paisajes de Antonio Machado

A UN OLMO SECO

Al olmo viejo, podrido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas, de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazòn espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

PS. En el 70 aniversario del fallecimiento de Machado en Colliure, en su recuerdo y en homenaje a aquella España que quiso avanzar y no la dejaron.

1 comentario

Francisco O. Campillo -

Don Antonio, muy posiblemente, murió de tristeza al intuir la España que se avecinaba. Mientras, decenas de miles de compatriotas suyos -y mios- padecían el horror de los campos refugiados donde muchos de ellos murieron mientras que los que quedaron en España sufrieron una de las represiones más feroces de nuestra historia ¿para qué seguir?
Don Antonio se fue ligero de equipaje... pero nos dejó su obra.